Sitio
Imagina que vas a tu “tiendita de la esquina” favorita y le dices a la persona que atiende la caja “hola, me podría dar dos refrescos y unas papas, ¿porfa?” Y el chavo te contesta “Claro, pero antes… ¿No quiere ver nuestra amplia variedad de comida disponible? ¿No quiere revisar todas nuestras promociones? ¿Ver la nueva película de Marvel que aún no sale en cines?”
Tal vez no caigas en la primera o la segunda distracción disponible, pero te aseguro que lo de la película de Marvel será una oferta irrechazable.
En menos de lo que te das cuenta, estás viendo la película de Marvel junto con el cajero y al terminarla te regresas a tu casa solo para darte cuenta de que… nunca compraste los refrescos y las papas por las que ibas en un principio a la tienda.
¿Eso no tiene nada de sentido, verdad? ¿Por qué un cajero te invitaría a ver una película? (excepto si eres Emma Watson ahí si tendría sentido 😍).
Lo que pasa en la vida real es que, si llega un cliente y pide un producto, el cajero se lo da y le cobra lo más rápido posible, sin distraerlo.
Cuando un cliente ya tiene una clara intención de comprar algo, es tu obligación no interferir con su intención y cobrarle lo más rápido posible (antes de que se arrepienta o distraiga).
Ahora, similar al caso de la tiendita de la esquina, imagínate esta historia en el mundo digital….
Guillermino (nombre que te garantiza bullying desde el preescolar hasta la universidad) entra a Google y escribe “comprar mochila escolar” y de inmediato le aparecen muchos anuncios de empresas que venden mochilas para la escuela.
Hace clic en uno y entra a la página en la que puede comprar la mochila… pero en esa página, en lugar de tener el precio, las fotos y el botón de comprar, tienen en la parte superior de la página un enorme link a YouTube.
Al darle clic Guillermino ve que la empresa sube aburridos videos sobre el proceso de fabricación de sus mochilas 🙄.
Pero… YouTube está diseñado para que una vez que entres, nunca salgas (es como ser fanático de RBD, nunca se acaba) y le muestra a Guillermino en la barra de “videos que te podrían interesar”, un video titulado “¿Cómo construí un satélite y lo lance a la órbita DESDE MI PROPIA CASA?” Y por supuesto que no resiste la tentación y hace clic para ver el video.
Guillermino pasa semanas viendo videos de YouTube y cuando por fin sale de ese trance se da cuenta de que jamás compró la mochila por la que entró a Google… y que la escuela ya comenzó hace 5 días.
Esto que acabas de leer es una historia que pasa todos los días en miles de páginas web que no saben cómo aprovechar la intención que ya traen los clientes y venderles lo más rápido posible.
Nunca jamás 🚫 saques a tu cliente del camino en el que va, tú solo ayúdalo a avanzar más rápido.
Tampoco le muestres productos relacionados hasta que no haya terminado una transacción, eso puede regresarlo al punto cero de investigación sobre qué producto comprar.
Por ejemplo, si el cliente tiene 100 morlacos y los quiere gastar en una licuadora, nunca en tu sitio le muestres “¡también vendemos microondas!” Porque puede que lo pongas a pensar si es más necesario una licuadora o un microondas, y si decide que el microondas es lo más necesario, volverá a hacer la búsqueda en Google de “los mejores microondas” y tal vez termine comprándolo en otro lado (no le muevas, no hay metiche que no haga daño).
Entró por la licuadora, dale la licuadora y toma sus morlacos… rápido.
Lo mismo sucede con los enlaces a las redes sociales… ¿En serio quieres mandar a un cliente que está a punto de comprar a Facebook, la tierra de las distracciones?
Es como si te pusieran a ver una serie de Netflix o te mandaran a Las Vegas siempre que estás por pagar algo.
Deja de autosabotearte (como cuando hablas de tener hijos en la primera cita 😰) y corre a quitar todos los distractores de tu sitio.
🚨 Inscríbete a mi Bootcamp "Vende más con Inteligencia Artificial" 🤖 en este link 👈 ¡Última OPORTUNIDAD!