2022 fue un año duro para muchas empresas de tecnología que vieron sus acciones caer con la misma tristeza que tú cuando se te caen tus palomitas recién compradas en el cine. (Hay un rumor de que si te pasa eso te las reponen, alguien confírmeme esa información).

Una de esas fue Netflix que comenzó a recibir guamazos por todos lados: en bien poquito tiempo surgió HBO Max, Star+, Paramount, Apple TV y un montón de plataformas de streaming.

Con tanta competencia decidieron seguir subiendo sus precios para no perder ni un morlaco de ganancias, y lo único que hicieron fue empeorar todo (igualito que tú limpiándote una mancha de salsa y dejándote la camisa toda embarrada).

Los precios subieron, pero la calidad del contenido seguía igual o peor, así que no solo dejaron de crecer, sino que perdieron usuarios. Y en un intento desesperado por retenerlos, lanzaron un plan más barato, pero con anuncios.

El 1 de noviembre de 2022 se liberó este plan en 12 países, incluyendo Australia, Brasil, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea, México, España, Reino Unido y Estados Unidos, el plan tiene anuncios pre-roll y mid-roll de 15 o 30 segundos de duración. ¡Eso significa que tendrás que aguantar unos cuatro o cinco minutos de anuncios por hora! (Ni modo a seguir viendo la era del Hielo en TV abierta, al fin que la pasan cada semana).

Aunque eso no significa que todos los programas y películas estarán disponibles para ver con publicidad. Netflix tendrá que renegociar algunos de sus acuerdos con los proveedores de programación para poder insertar anuncios en ciertos programas y películas.

La venta de estos anuncios es a través de Xandr, una plataforma recientemente comprada por Microsoft.

Y hasta se dijo que en el futuro los anunciantes podrán comparar el rendimiento de Netflix con otros transmisores y plataformas de video compatibles con la medición DAR de Nielsen, como YouTube, Roku y Hulu.

Honestamente, nunca creí que fuera una gran idea, pero mi corazón de marketer sentía algo de esperanza, por un momento me imaginé a Netflix Ads compitiendo con los gigantes como Google, Facebook o TikTok. Haciendo un curso para que los pequeños emprendedores aprendieran a anunciarse en medio del último capítulo de Merlina.

Pero la realidad es que los anuncios de Netflix no fueron creados para los pequeños negocios. El precio de estos anuncios es bastante alto, con un CPM (costo por mil impresiones) de $65 dólares, es mas o menos 25 veces más caro que una campaña abierta en Facebook Ads. Y definitivamente Netflix no tiene tantas opciones de segmentación como si lo tiene Facebook.

Y aunque chance uno que otro emprendedor estaría dispuesto a pagar sus 65 dólaritos con tal de estar en una plataforma tan posicionada como Netflix, ahí viene el segundo gran gran problema. Se dice que el presupuesto mínimo es de 7 cifras, así que definitivamente ni rompiendo el cochinito le alcanzaría a una empresa pequeña.

Estos presupuestos tan altos tienen dos objetivos: el primero, obviamente, es compensar "el descuento" que se le está dando a los 40 millones de usuarios que pagan el plan con anuncios (proyecciones de 2023). Y el segundo es garantizar que los anuncios van a tener una calidad nivel Netflix. Ni modo que en medio de una super producción como Stranger Things aparezca un anuncio grabado con un celular y mal audio.

Dudo mucho que este modelo cambie la verdad, pero quien sabe... hubo un día en que parecía que Netflix jamás necesitaría bajar sus precios y mucho menos poner anuncios y la presión los hizo ceder, en el mundo tech, todo puede pasar.