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¿Qué tienen en común Wisin y Yandel, Timon y Pumba, Goku y Vegeta, y el marketing y la psicología? ¡Todos son dúos icónicos! Por separado son cool, pero juntos son súper poderosos.
Cuando juntas el marketing con la psicología, obtienes la publicidad. Y, aunque muchos de nosotros nos creamos inmunes a sus encantos, la verdad es que entender la mente de los consumidores ha permitido a los publicistas hacerse de muchos morlacos.
¿Te has preguntado cómo te convencieron de comprar ese set de sartenes, si ni cocinas? Respuesta: aplicando los principios de la psicología. Así que vámonos directo y sin escalas a descubrir cómo funcionan algunas de las estrategias publicitarias más efectivas.
1. El poder del color
Los colores tienen un impacto psicológico directo en nuestras emociones y percepciones porque los asociamos con conceptos. Si no pregúntale a tu tía que se puso chones amarillos disque para atraer abundancia en Año Nuevo. Las marcas utilizan esta información para influir en cómo nos sentimos acerca de sus productos.
“Ay Juan, no es pa’tanto”... ¿Ah no? Un estudio realizado por la Universidad de Winnipeg encontró que el 90% de las decisiones de compra se basan únicamente en el color. ¡Por eso hay un mercado para la coliflor morada!
2. El arte de la persuasión
“Edición limitada”, “Solo quedan 2 disponibles”, y otras maneras de acelerarte el corazón. Este es el llamado “efecto de la escasez”, y nuestro cerebro lo interpreta como “hazlo, pero YA porque nos vamos a perder de algo valioso”.
Otra técnica persuasiva común es el "efecto de la prueba social", que se basa en nuestro deseo de encajar y seguir a la multitud. Los productos virales de TikTok son el ejemplo perfecto.
3. El poder de las emociones
El marketing emocional es una de las herramientas más poderosas que utilizan las marcas para influir en nuestras decisiones de compra. Es ligue 101: necesitan movernos el tapete para interesarnos. Los anuncios que nos hacen reír, llorar o sentir cualquier otra emoción intensa tienden a ser más memorables y efectivos.
Ok, ya profundizamos en la psicología de la publicidad, ahora toca analizar el papel de la psicología del consumidor. Advertencia: te puedes sentir peligrosamente identificado.
1. La toma de decisiones irracionales
Aunque nos gusta pensar que somos Sheldon Cooper y solo tomamos decisiones racionales y lógicas, la realidad es que nuestras decisiones de compra están influenciadas por muuuchos factores emocionales e irracionales. ¡Es parte de ser humanos!
Tenemos, por ejemplo, el "efecto de anclaje", que ocurre cuando nos basamos en una primera impresión o referencia para tomar una decisión. Tal vez un lunes tu vuelo a Timbuktú estaba en 3 mil pesos y el martes, en 2 mil. Teniendo esa referencia, es más probable que lo percibas como un ofertón en comparación de si no hubieras visto ningún precio inicial.
2. El poder de la nostalgia
Híjole, aquí sí nos han metido cien goles a los millennials eh. ¿La gira de RBD? Nostalgia. ¿Los mil live actions de las películas con las que crecimos? Nostalgia.
Las marcas saben que evocar recuerdos del pasado puede tener un impacto emocional significativo en los consumidores. La nostalgia nos hace sentir bien y nos hace decir “éramos felices y lo sabíamos”.
3. El poder de la influencia
La psicología del consumidor también nos enseña que nuestras decisiones de compra están influenciadas por personas y grupos. Todos somos susceptibles a la influencia social, to-dos. Quizá tu principal influencia es tu amigo “El Wero”, algún influencer, o Tom Cruise. Las marcas explotan esta tendencia utilizando testimonios de personas influyentes o creando campañas de marketing que nos hacen sentir parte de un grupo exclusivo.
Psicología de la publicidad, listo. Psicología del consumidor, listo. Pero ahora quiero platicarte un poco más del marketing emocional, porque como ya dijimos, si quieres dar en el blanco, debes apuntar al corazón.
1. Contar historias
Seguro has escuchado del Storytelling, una técnica súper efectiva para generar empatía y conectar con los consumidores. ¿Por qué será? Pues porque todos tenemos una historia, y cuando la narrativa de una marca se parece a lo que hemos vivido, nos ponemos el saco y sentimos que nos habla directamente. ¡Algo te saben!
Un buen ejemplo de esto es la campaña "Like a Girl" de Always, que desafió los estereotipos de género y le sacó la lagrimita a muchos (me contaron pues…).
2. Crear experiencias
El marketing emocional también se trata de crear experiencias positivas para los consumidores. Momentos memorables = emociones positivas = marcas listillas que buscan ligar esas emociones a sus productos.
Nadie lo hace mejor que Coca-Cola con la Navidad. Sus anuncios llenos de alegría y amor familiar nos hacen sentir apapachados y terminamos asociando la felicidad con Coca-Cola. Irónico, pero ah qué buen marketing.
3. Conectar con los valores
Las marcas que demuestran que comparten los mismos valores que sus clientes, tienen más probabilidades de generar una conexión emocional duradera. Por eso es muy importante saber qué caray mueve a tu público meta, qué les duele, qué valoran y qué les vale queso.
Un ejemplo poderoso de esto es la campaña "Dove Real Beauty", que logró promover la aceptación y la belleza real, conectando con los consumidores al abordar temas relacionados con la autoestima.
En conclusión, ¡las coincidencias no existen! Bueno, excepto cuando tu horóscopo le atina exactamente a tu situación sentimental. Pero fuera de eso, los mensajes publicitarios efectivos están diseñados utilizando la psicología, y por lo tanto, influyen en nuestras decisiones de compra de formas sorprendentes.
Ahora lo sabes: el marketing y la psicología trabajan juntos para dominar el mundo de los negocios. ¡Usa estas técnicas a tu favor!
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